Uno de los tesoros botánicos de la Comunidad de Madrid se encuentra en la ladera norte de los Altos de la Morcuera, a la sombra del pico de La Perdiguera. El Abedular de Canencia aún hoy mantiene las condiciones clímaticas para que se desarrollen especies, casi desaparecidas en la zona centro penínsular, abedules, acebos y tejos, en este enclave, tienen una paticular presencia, (aunque no sean mayoritarios).
Datos:
Distancia: 10,5 km.
Desnivel acumulado: 450 m.
Descripción:
Desde el Puerto de Canencia, junto a la funte de La Raja, sale la pista forestal que comunica con el Puerto de La Morcuera, se sigue durante 3,5 km a media ladera hasta que aparece otra pista por la derecha en bajada, en peores condiciones, que se dirije a un cortafuegos, una vez en él, seguir bajando hasta encontrar el Alerce del Vivero de Mojonavalle. Los alerces son coníferas del norte de Europa y de hoja caduca, introducidos en España como curiosidades.
Por la izquierda se retoma la pista principal, hasta llegar al arroyo, desde aquí se hace un ida y vuelta, siguiendo el discurrir del agua, antes de llegar a la carretera se pasa junto al Acebo del Puerto de Canencia, después y sin cruzarla, por la derecha hay un caminito que alcanza el Tejo de la Senda, y ahora si, cruzando la carretera, otro sendero, nos coloca frente al Tejo del Sentil de Maillo, anclado sobre unas rocas en medio del torrente.
De vuelta al cruce que se dejó río arriba, se toma en subida el camino de la izquierda, hasta un cruce muy marcado donde se dobla a la derecha, para llegar hasta la famosa Chorrera de Mojonavalle, después de la contemplación de tan curiso paraje, hay que seguir por el mismo camino que se traía, hasta el albergue del Hornillo, donde se toma la pista por la izquierda, hasta el Puerto de Canencia.
Para los más aventureros, quedan el Abedul del Arroyo del Toril I y el Abedul del Arroyo del Toril II. Estos ejemplares están muy deteriorados y en una zona poco transitada.